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lunes, 19 de abril de 2010

PARMENTER Y BERARDELLI

Corría el 15 de abril de 1920, la semana que viene hará la friolera de 90 años, cuando se produjo el crimen que dio el pistoletazo de salida al caso Sacco y Vanzetti. Ese día, dos hombres armados con pistolas, asesinaron a Frederick Parmenter, un contable, encargado de las nóminas de la empresa Slater & Morrill, y a Alessandro Berardelli, vigilante de seguridad que le protegía en sus desplazamientos con el dinero. Huyeron con los 15.776,51 $ que llevaban.

No es mi intención escribir más sobre dicho caso. Se ha hecho mucho, muchísimo, en las últimas nueve décadas. Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti fueron condenados y ejecutados por este crimen, tras años de juicios en medio de gran expectación tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo. Numerosos intelectuales de izquierda pidieron un nuevo juicio, pués se tenían dudas sobre cómo se habían llevado los anteriores. Finalmente, su ejecución en la silla eléctrica provocó disturbios en Londres o París, donde manifestantes rodearon la Embajada americana y dañaron la fachada del Moulin Rouge.

No es de esos aspectos judiciales de los que quiero hablar. Enfoco este asunto, más bien, para llamar la atención, y sé que no voy a decir nada nuevo, sobre la enorme, yo diría, prodigiosa, capacidad de la izquierda de manejar los medios, las situaciones y la propaganda. También, cómo no, para referirme a su mastodóntica facilidad, para eliminar de un plumazo elementos "innecesarios" de la historia, las víctimas, borrarlas de la memoria de la gente porque, en definitiva, eso no les interesa, eso distrae a la opinión pública de lo que "tienen" que pensar, de lo que ellos quieren hacer que pensemos.

Sacco y Vanzetti pudieron, o no, asesinar a Parmenter y Berardelli. Fueron sentenciados por ello, por lo que, en puridad, se les puede llamar asesinos sin mayor problema. Yo no lo voy a hacer. Hoy en día, aún se mantienen las dudas sobre si fueron o no, o si sólo uno de ellos lo hizo con otras personas. Lo que si parece demostrado, y sus propios testimonios lo corroboran, es que Sacco y Vanzetti eran dos terroristas anarquistas. Eso, hoy en día, parece sonarnos muy lejano, pero en aquellos años, el terrorismo anarquista estaba muy extendido en el mundo. En Estados Unidos, llevaron a cabo campañas con bombas y ataques a personalidades, incluido un intento de envenenamiento masivo. No se sabe con exactitud, cual era la labor terrorista de ambos, pero no cabe duda de que eran seguidores de un anarquista italiano, que abogaba por la violencia revolucionaria, incluyendo la detonación de bombas y el asesinato. Su nombre era Luigi Galleani.

Estos terroristas son los que la izquierda internacional elevó, como en otras ocasiones a los altares. Estos elementos son los que, aún hoy en día, son recordados no sólo por gente que piensa como ellos, sino por otras muchas personas envenenadas por años de propaganda, de lavado de cerebro, de comunión con ruedas de molino. El caso Sacco y Vanzetti no se ha llegado a cerrar nunca. Cada equis tiempo podemos leer algún artículo, ver algún reportaje. Podemos, si no, revisionar la película que se rodó en Italia sobre el tema en 1971, o escuchar la canción de Ennio Morricone que Joan Baez cantó. Aún quienes no han leido mucho sobre él, han oído en alguna ocasión hablar de ellos... Sacco y Vanzetti... Dos inocentes ejecutados... ... ...

Os propongo una prueba. Preguntar a algún familiar o amigo, preferentemente con ya una edad, si recuerda o conoce a Sacco y Vanzetti. En caso de que la respuesta sea afirmativa, preguntarle, después, si sabe quienes eran Parmenter y Berardelli. ¿Qué creéis que os dirán? Me lo podéis comentar, si queréis, pero no espero que muchas personas respondan afirmativamente a esta segunda pregunta.

Parmenter y Berardelli, eran... nada. Sólo eran las víctimas. Un peón innecesario en la gran historia oficial de Sacco y Vanzetti. Yo os puedo decir que estos terroristas anarquistas pudieron ser o no culpables. Pero Parmenter y Berardelli eran, seguro, inocentes. Eran dos personas desempeñando sus respectivos trabajos, que fueron un día asesinados. Y ahí se acabó su historia. Buscar en internet. Os costará encontrar muchos cosas sobre ellos. Son sólo un dato. Un simple dato.

Por su parte, los anarquistas son auténticos "héroes de la libertad", como tantos otros mitos de la izquierda, nombres que tienen en común un excelente caudal de malas acciones, pero que, por arte de birlibirloque, o, mejor, por la consabida capacidad de estos individuos para menejar la realidad y alterarla a gusto, se convierten en auténticos ídolos. Me da igual que sean dos anarquistas italianos o un médico argentino que decide dedicar su vida a arrebatar vidas, en vez de a salvarlas. Seres abyectos convertidos en ejemplo y aceptados como tales por muchos. Seres que, siempre, tienen algo en común, su izquierdismo militante. Sus actividades asesinas se pasan convenientemente por alto... cuando no se las considera, incluso, un mérito.

Supongamos que, ciertamente, los terroristas Sacco y Vanzetti, fueron condenados injustamente. ¿Alguien puede imaginar cuantos Saccos pudieron darse en la URSS stalinista? ¿Podemos hacer un cálculo de cuántos Vanzettis fueron ejecutados en la China de Mao? ¿Echáis cuentas del número de juicios, sentencias y ejecuciones, sucedidas con muchas menos garantías legales en esa URSS, en esa China? ¿En la Cuba castrista? ¿En Birmania? ¿En Corea del Norte?

¿Y habéis oído a Joan Baez cantarles una canción? ¿Conocéis sus nombres? Son millones, millones. Así, a bote pronto, ¿cuántos nombres me podríais decir? ¿De buenas a primeras, quizá, algún fusilado, tras juicio sumarísimo, en la Cuba de Fidel y Ernesto, os es conocido? ¿Algún campesino ruso? ¿Algún intelectual camboyano o chino para poder dedicarles una canción? Millones de ejecutados, asesinados, sería más propio decir.

En el caso de Sacco y Vanzetti sólo hubo, con seguridad, dos víctimas inocentes, Frederick Parmenter y Alessandro Berardelli. Sun nombres cayeron en el olvido y yo, aquí, quiero recordarlos.

"Here's to you, Nicola and Bart / Rest forever here in our hearts / The last and final moment is yours / That agony is your triumph", reza la letra que tantos cantantes han recitado emocionados, repetido una y otra vez, como una salmodia, bella, eso sí. Sacco y Vanzetti "descansan para siempre en nuestros corazones".

"Here´s to you", "aquí está para vosotros". Voy a tomarme la libertad de recuperar ese verso, pero, si me lo permitís, yo no voy a dedicárselo a dos terroristas.

Me parece mucho más decente hacerlo en recuerdo de Frederick y Alessandro, dos hombres que fueron primero, asesinados y, segundo, olvidados. Sus familias les enterraron, sus nombres se esfumaron en el tiempo. No así los de sus presuntos asesinos. En el cincuenta aniversario de su ejecución, Michael Dukakis, a la sazón, gobernador demócrata de Massachussets, declaró el Día de Sacco y Vanzetti. Muchos años después reconoció su error de no recordar, de igual forma, a los dos hombres muertos a tiros. Yo no voy a cometer el mismo fallo. Yo recuerdo a estos hombres y también a todos los demás millones de víctimas anónimas de la izquierda. A esas personas sin nombre, sin historia oficial, sin película, sin canción, sin un día del año para recordarles...

Here´s to you, aquí está, para vosotros, Parmenter y Berardelli. Descansad, vosotros sí, para siempre en nuestros corazones, en los de las personas que aún saben diferenciar entre dos terroristas y dos hombres de bien vilmente asesinados.

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