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martes, 26 de julio de 2011

EL MACVEIGH NORUEGO

Cuando algunas personas pierden su condición humana para convertirse en bestias, peor que animales, en pedazos de carne cuya respiración envenena el aire que todos necesitamos para vivir, siempre, SIEMPRE, encontraremos que tenían sus motivos para ello.


Siempre, además, encontraremos medios que se dedican a difundir ese mensaje. Es la necesidad de saber. ¿Por qué? ¿Por qué hizo lo que hizo? ¿Qué explicación podemos darle para entenderlo, al menos, mínimamente y poder seguir con nuestras vidas un poco más tranquilos?

Cometemos un craso error. No importa. No importa en absoluto los motivos de un ser para convertirse en un deleznable y execrable trozo de mierda. Como en la fábula del escorpión, lo único que podemos colegir es que "está en su naturaleza".



En el planeta Tierra hay miles de millones de personas. Es una pura lógica estadística el afirmar que un determinado, aunque pequeño tanto por ciento de ellos son, básicamente, sociópatas perversos, malos, mala hierba. Incluso de este tanto por ciento, la mayoría no será capaz de dar el paso definitivo de hacer realidad esa sociopatía.

Pero, periódicamente, nos encontraremos con uno que sí.

Y todos vestirán su decisión con motivos, poderosos motivos. Quizá en su delirio megalomaníaco lo crean así. Pero a mí, me da igual.


Yo me quedo tan sólo con los hechos porque "por sus hechos los conoceréis".

Me da igual que sea un islamista de nombre impronunciable. Me da igual que sea un vasco de los de boina a rosca. Me da igual que sea un supuesto investigador médico con la cruz gamada en el brazo. Me da igual si es un soldado japonés que ha entrado en Nankín. Me da igual si es hutu o tutsi. Me da igual si es un militar americano condecorado. Me da igual si es un masón noruego que ha perdido el tipín. Todo eso me da igual. Todos son lo mismo, la misma mierda, la misma porquería a extirpar.







Para mí, sólo son válidos como estupendo argumento a favor de la pena de muerte. Hay tantos...

Los Ahmeds o Mohameds de turno. Los de Juana o Troitiño de turno. Mengele, Metsui, MacVeigh, Anders... Cada uno con sus "motivos" detrás. E, incluso, con sus defensores.

Lo último que podemos hacer es tratarlos como a humanos. Lo último, divulgar su mensaje, aunque sea para denostarlo. No. No merece la pena.

Hay que olvidarlos cuanto antes.

Timothy McVeigh asesinó a 168 personas en Oklahoma City, entre ellas, 19 niños. Timothy Mc Veigh fue detenido, juzgado con más garantías de las que merecía y ejecutado, demasiado tarde para mi gusto, pero ejecutado.


El recuerdo que queda ahora de él es el de un asesino múltiple, frío y sin escrúpulos. ¿Sus motivos? ¿Quién los recuerda? Ya es historia.

Y las familias de las víctimas pueden descansar y conseguir la paz porque se ha hecho Justicia. MacVeigh está donde debe estar.



Y está en el mismo lugar al que habría que enviar a Anders Behring Brevik lo antes posible. Si yo fuera el familiar de alguna de las víctimas de estos infrahombres moriría un poco cada día sabiendo que la persona que mató gratuita, orgullosamente, sin remordimientos a mi padre, hermano, hijo, sigue vivo, disfrutando aunque sea de su media hora de paseo mensual en el patio de la cárcel, o de un libro, o de cualquier cosa que se asocia al género humano, del que ellos, voluntariamente, han decidido excluirse.

viernes, 22 de julio de 2011

BREVE CUENTO VERSIONADO

Cuando despertó, la crisis todavía estaba allí... y Zapatero, también.

martes, 19 de julio de 2011

SIN TÍTULO (¿para qué?)

Tengo cariño a este pequeño rincón donde, de vez en cuando, escribo lo que pienso o lo que me apetece decir. Sin embargo, el día a día manda. Últimamente, por motivos laborales principalmente, no dispongo del tiempo suficiente para escribir un rato a gusto o para repasar los blogs amigos. No hace falta que os diga cómo están las cosas. Hay que pelear el sueldo cada día, cada hora, cada minuto. Es la única forma de conseguir sobrevivir en el mercado laboral español en 2011.

También por eso, las cosas que ocupan el pensamiento de uno dejan de ser la última ocurrencia de Zapatero, o las cuentas de Castilla La Mancha, o el bilis que Bildu nos hace tragar, o los planes de Rubalcaba, para pasar a ser ese presupuesto que tienes que hacer y esperas te acepten, ese insistir para cobrar esas facturas que se empiezan a demorar demasiado, ese pelear para cubrir los pagos de impuestos que te van a llegar por el banco con determinada fecha, ese calcular cuando te podrás permitir el lujo de cobrar la nómina sin arriesgarte a dejar de pagar a proveedores...

La lucha diaria.

Cuando estás en la cama y te cuesta dormir, no puedes pensar sobre qué entrada harás al día siguiente en el blog, sino que calculas lo que puedes cobrar, lo que tienes que pagar...

Las cosas están duras y lo peor es que nadie parece ya capaz de ponerle fecha final a esta situación. Ya no se oye decir nada de brotes verdes. No se oye decir que para el próximo año ya habrán mejorado las cosas. Éso era lo que pensábamos que pasaría, primero, en 2010, después, en 2011. Ahora ya callamos, callamos y seguimos peleando. Al menos, hasta aquí hemos llegado. Y no todo el mundo puede decir lo mismo.

Vosotros no lo habéis visto pero acabo de levantar, durante unos minutos, las manos del teclado. El motivo, que no sé muy bien a dónde quiero llegar o lo que quiero decir. He pinchado en "Nueva Entrada" y he empezado a escribir. No tengo pensado ningún título, ningún desarrollo ni ninguna conclusión. Ésto sólo es lo que, al fin y a la postre, este blog es. Lo que pienso o siento sobre determinadas cosas en el momento y en la fecha en que las escribo.

Si hecho la vista atrás y releo algunas de mis casi 150 entradas, encontraré que hay cosas con las que ya no estoy de acuerdo. Pero era lo que pensaba entonces.

Sólo espero que ocurra lo mismo con esto que hoy comparto con vosotros. Que dentro de unos días, o semanas o meses, pueda repasar estas líneas y decirme: "Qué flojo de moral andaba por entonces. Tampoco era para tanto. Ahora las cosas ya están mucho mejor." Al fin y al cabo, si perdemos la esperanza, ¿qué nos queda?

viernes, 8 de julio de 2011

PACTOS A LA ALAVESA

Impresionante el espectáculo acontecido ayer en la Diputación alavesa, durante el pleno donde se elegía al nuevo Diputado General.

El representante del PNV, Xabier Agirre, se descolgó con una intervención en la que se centró en dejar a EB/IU a la altura del barro. El nacionalista precisaba los votos de EB/IU para alzarse con la Diputación. Pero las conversaciones no llegaron a buen puerto. Algo semejante a lo que ha ocurrido, a otro nivel, en la Comunidad de Extremadura. Los del PSOE extremeño están mosqueados, pero el del PNV tuvo una pataleta en toda regla.



Agirre, obviamente, con una mala leche de padre y muy señor mío, desgranó las exigencias de los izquierdistas para, a cambio, apoyar su candidatura.

"Aquí hay dos mesas [de negociación]: la mesa A [dinero y puestos] y la mesa B, el programa. Si ustedes cumplen parte de la mesa A, bajarán las exigencias de la mesa B".

"Serafín Llamas nos exigió que si firmábamos un acuerdo, lo hiciéramos en un solo documento, que custodiarían ustedes exclusivamente".

Lo que llamó la mesa A se traducía en:

- "colocar" a 39 militantes

- "colocar" a otros cuatro, estos de forma cualificada, en operaciones disfrazadas de procesos de selección, a saber: Julia Madrazo, Jon Sustatxa (ambos representantes en los últimos años en el Ayuntamiento de Bilbao), Serafín Llamas (que al parecer llevaba esta parte de la negociación) y José Navas, el exconcejal del Ayuntamiento de Vitoria por EB que también se ha quedado sin cargo tras las últimas elecciones

- EB/IU pidió que en el presupuesto de 2012 debía figurar 300.000 euros para que la coalición diera subvenciones a quien ellos decidieran

- un crédito de 600.000 euros que se le debía conceder a la organización, EB/IU, desde las cajas controladas por el PNV, una cantidad sobre la que no podían presentar las garantías bancarias habituales

- todo esto, debía hacerse constar en un documento único, en una sola copia. Ésta debía quedar en manos de EB/IU.


Ésto es, sin duda, parafraseando a nuestro Presidente Zapatero, tras sus cesiones a los nacionalistas en el Congreso de los Diputados de las últimas semanas, lo que debemos llamar el juego de la democracia.

Tócate los pies.

Lo único raro o inusual es que, en esta ocasión, estos tejemanejes que no suelen salir a la luz pública, hayan visto esa luz. Porque ocurrir, ocurren. Y no de forma esporádica. Es lo que hay.

El PNV ha dejado a EB/IU a la altura de bajo cero, pretendiendo quedar limpio por el camino. Que los adalides de los pobres, del comunismo, etc... se desmarquen con esas reclamaciones les define.

Los comunistas, ya sabéis, siempre mirando por la clase trabajadora y la justicia social. Aunque, dado que la verdadera caridad empieza por uno mismo...



Pero no nos engañemos. Si le han exigido esas prebendas es porque saben que los nacionalistas las pueden dar..., o, pensando mal, quizás las hayan dado en alguna/s ocasion/es. Simplemente, en este caso, han tirado demasiado de la cuerda y se ha roto.

Pero me gustaría saber cómo hubiera acabado ésto si, por ejemplo, EB/IU se hubiera conformado con colocar sólo a 15 militantes, a uno o dos cargos, 100.000 euros de los presupuestos para sus organizaciones afines y un crédito de 120.000 euros, por decir unas cantidades equis.

A lo mejor, en ese caso, los jeltzales no hubieran considerado tan rechazable la petición de los comunistas vascos.



Al fin y al cabo, las negociaciones han durado días. ¿De qué hablaban? O los de IU no plantearon sus demandas hasta los últimos cinco minutos del último día.

En fin, como decíamos, el juego de la democracia.

viernes, 1 de julio de 2011

¿GOBERNARÁ RAJOY O RUBALCABA? (Resultados encuesta)

Vaya por delante mi más sincero agradecimiento a todos los que os habéis tomado la molestia de votar en la encuesta. 48 votos recibidos son, para mí, una gran alegría, una cantidad muy superior a anteriores ocasiones. Vamos, que, para inisfree, más que encuesta hablamos de macroencuesta. Muchas gracias.

Vamos con el análisis de los datos que de ella se desprenden.

Es una encuesta y, como tal, puede tener una lectura u otra. Los políticos saben bien de eso.

La opción más votada, la que debemos considerar como la opción principal, ha sido la de quienes piensan que el PP y Mariano Rajoy ganarán las Generales por mayoría absoluta. Lo han defendido un 35,41 por ciento de los votantes.

Pero debemos llamar la atención sobre la cuestión de que la única otra opinión que le ha hecho sombra es la de que Alfredo Pérez Rubalcaba va a ganar las Elecciones por mayoría simple, alcanzando pactos para gobernar. Sólo un 4,16 por ciento separa ambas posibilidades. Superan por bastante a todas las demás.

Hay un dato muy interesante a tener en cuenta. Sí, es cierto que un 35 por ciento cree que Rajoy barrerá a Rubalcaba y podrá formar Gobierno en solitario, si así lo desea. Pero, si agrupamos los resultados por candidato, nos encontramos con que, frente al 41,66 por ciento que da al gallego la Presidencia, el 58,34 por ciento piensa que será el de Cantabria quien, finalmente, se hará con el poder.

Algo, en mi opinión, muy, muy interesante.

No debemos olvidar la coyuntura en la que hemos realizado esta consulta, tras la debacle socialista en las Municipales y Autonómicas de mayo y con el posible añadido de perder también el gobierno de Extremadura. Es decir, con los peores augurios posibles para el PSOE.

Sin embargo, y a pesar de todo ello, son más quienes piensan que Mariano Rajoy volverá a quedarse en el camino sin lograr ser Presidente, que los que le ven en La Moncloa tras los comicios.

Mi análisis achaca este dato al propio factor Rajoy. Es un hombre con el que es fácil simpatizar, buen orador, pero al que, a la hora de la verdad, parece faltarle un punto (o dos) para ser el gobernante que España necesita para ser liderada.

Sus siempre medidas y cautelosas palabras se acaban quedando cortas. Su afirmación expresa en la que ponía coto a lo dicho por José María Aznar sobre la imperiosa necesidad de un cambio radical en la gestión del Estado de las Autonomías, cuando en amplios sectores de la opinión pública crece la sensación de que sería fundamental reescribir esta situación adaptándola a lo que el conjunto de España precisa, ha enfriado los ánimos.

La mayoría de los españoles quieren un cambio, pero no un pequeño remozamiento, sino un cambio radical en la gestión de la Nación. Y Rajoy, que es quién debería estar llamado a encabezarlo, parece empeñado en trasladar la sensación de que, salvo una mejor gestión económica, poco más va a pasar.

La misma encuesta puede, también, encerrar la explicación, en parte, de esta situación. Nadie cree que Mariano puede alcanzar Gobierno si pierde las elecciones. E, incluso, un 70 por ciento de los que dicen que ganará por mayoría simple, creen que, pese a ello, será Rubalcaba quien alcance los pactos suficientes para ser Presidente.

Esta soledad del PP, esta falta de amigos, provoca que los populares sepan que, tal y como están las cosas, no deben radicalizar su mensaje para poder, gracias a ello, acercarse a otras formaciones, léase, CiU y PNV, principalmente.

Mi conclusión

Rajoy ganará las Elecciones Generales.
Lo hará por mayoría simple.
Alcanzará un pacto con CiU.
Si le vale con los catalanes, podrá prescindir del PNV, que tan importante está siendo en esta postrer época zapaterina.
Merced a este pacto con CiU, gobernará (hasta ahora, siempre quien vence lo hace), con lo que España tendrá una gestión más eficaz y eficiente en lo económico y, a partir de ello, cuando vaya mejorando la situación, en lo social.
El modelo de Estado no sufrirá modificación alguna y los nacionalistas periféricos seguirán, poco a poco, adquiriendo más poder.

Excepto que, ojalá, pero no creo que ocurra, para alcanzar los votos necesarios, el PP tuviera suficiente con los Diputados que pueda obtener UPyD y/o, si al final se materializa su concurso en las Elecciones, una opción que extienda al resto de España el efecto PxC de Cataluña.
De aquí, la importancia que tiene que, en el Parlamento español, vayan emergiendo otras formaciones políticas que hagan de contrapunto a las consabidas demandas nacionalistas. Fuerzas que permitan alcanzar pactos guiados por el interés común de España, y no por los de determinadas regiones.