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jueves, 6 de mayo de 2010

LA VIOLENCIA Y LA IZQUIERDA

Hay una querencia universal de los movimientos de izquierda de hacer suyas las calles. Y no me refiero al hecho de llevar a cabo manifestaciones reivindicativas que, desarrolladas en un ambiente respetuoso y pacífico, son totalmente defendibles.
No, me refiero a su vocación pendenciera, a la continua búsqueda de motivos que, se supone, les legitimen para manifestar su profunda personalidad intolerante y violenta.
Puede ser una huelga general en España, o una cumbre internacional en Italia o su desacuerdo con determinadas medidas económicas en Grecia. Puede ser lo que sea. El caso es poder dar rienda suelta a su gusto por la barbarie, la agresión, el insulto y la delincuencia. Actitudes heredadas de su legendario desapego por la Cultura y la Educación.
Lo llamativo de todo esto, en mi opinión, es la impunidad en la que se mueven. No se como llevará la Policía griega el caso de los tres muertos que se produjeron ayer por el ataque con cócteles molotov que llevó a cabo un grupo de terroristas urbanos contra una entidad bancaria. Espero que investiguen el caso como se merecen y detengan a los responsables para que se pudran en la cárcel.
Pero yo, en estos momentos, y puedo estar equivocado, no recuerdo, al menos en España, procesos judiciales abiertos a partir de acciones de estos elementos autoproclamados "antifascistas". No recuerdo que daños a propiedades, como rotura de cristales o siliconado de cerraduras, hayan supuesto ninguna sanción. No recuerdo sentencias condenatorias contra manifestantes que colocan barricadas ardiendo, provocan desórdenes públicos, destruyen mobiliario urbano o privado,... No recuerdo muchos procesos judiciales abiertos por amenazas contra miembros de "piquetes informativos", que, chulescos y envalentonados, recorren las ciudades conminando a unirse a la huelga o a atenerse a las consecuencias.
Puedo, insisto, estar equivocado, pero yo, con lo que me quedo es con la idea de que hay un trágala con lo que hacen estos señores.
E, incluso, en algunos sectores de la comunicación, periodísticos, observo, no ya una cierta tibieza al tratar estos asuntos, sino, yo diría, un alto grado de comprensión y apoyo. Porque los que cometen estos delitos son de los suyos. Sí, parecen opinar, se han pasado un pelín... pero, claro, es que motivos tenían. Es que fíjate lo que les han hecho. Es que normal que reaccionen así.
Con respecto a los tres muertos de ayer, leía esta mañana en un periódico zapaterista convencido: "la crisis se cobra sus primeras tres víctimas". ¡La crisis! ¿La crisis mató a estas personas? ¿La crisis mató a la mujer embarazada y a sus compañeros? ¿No tuvieron nada que ver los cócteles molotov que estos ya asesinos de izquierdas lanzaron? El que lea tan sólo el titular, ¿con qué idea se queda?
Debo aclarar que, con posterioridad, se cambió el encabezamiento pasando a indicar que "la protesta social se cobró tres víctimas mortales". La tibieza se mantiene, pero se elimina la indecencia del anterior titular.
En fin, tan sólo espero que estos asesinos acaben en prisión.
Y en nuestro país, confío, en que, cuando se den estos hechos de delincuencia, estos ataques a personas y entidades, estas amenazas, estos destrozos, este vandalismo, las fuerzas del orden actúen, investiguen, detengan, para que los Jueces juzguen y condenen... aunque el delincuente sea "antifascista", sea de izquierdas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es normal que con todo lo que se ha montado en matería económica la gente salga a la calle a protestar, pero no es ni medio normal que reivindiquen cambios políticos o económicos usando artefactos incendiarios.
Para no variar, dichos artefactos han sido usados por grupos marxistas o anarquistas, ideológicamente los mismos que organizan destrozos y desorden público en España de manera similar cada vez que se manifiesta Falange o cualquier formación por el estilo.
Desde luego, ya lo decía Ramiro Ledesma, el comunismo es igual en todos los países.

inisfree dijo...

Está en su naturaleza. Se mueven a gusto en la subversión, en la guerrilla urbana (guarrilla urbana, podríamos decir).
Sólo respetan la Ley mientras les interesa o les conviene. Y no me refiero ya a los grupúsculos más extremistas.
Basta con repasar la historia del PSOE para comprobarlo.

aspirante dijo...

La izquierda ha sido, es y será dictatorial, por lo que acostumbra a imponerse por medio de la violencia, antes y despues de la conquista del poder.
Su impunidad surge de la complicidad de la prensa y de los jueces (vease Garzón, los fiscales Mena y Villarejo, etc...) y de los típicos complejos de los partidos de la derecha a la hora de denunciar estos casos.