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domingo, 23 de mayo de 2010

EL REGRESO

Desciendo del avión totalmente gozoso. ¡Tierra firme! Nada de seguir por esas alturas tan antinaturales y peligrosas. Por fin piso suelo y, además, español.

Lo primero es correr a un quiosco. ¿Qué habrá pasado estos días? ¿Qué me he perdido?

Zapatero ocupa todas las portadas. Los rotativos difunden su imagen de gesto circunspecto al leer la nota de prensa en la que presentaba su dimisión y convocaba elecciones anticipadas.

¿Gozoso? ¡No! Eso es poco decir. Por fin, el fracasado de La Moncloa ha tomado una determinación digna de su supuesto talante, su supuesto interés nacional, su supuesto compromiso. ¡Ha dimitido! Por algo el día es tan caluroso. Por algo brilla tanto el Sol.



Abro, sin esperar a sentarme, el periódico, emocionado. De hecho, casi me llevo por delante a dos japoneses. ¡Mejor! Yo he tenido que aguantar sus empujones estos días.

En las páginas siguientes a la rueda de prensa del ya expresidente, aparece una entrevista con el líder de la oposición, el que nadie duda va a ser el nuevo inquilino monclovita.

Habla de coger el toro por los cuernos. De que va a acometer, inmediatamente, una reforma estructural del mercado laboral que lo habilite para desarrollarse en un futuro en crecimiento económico. Que va a convocar a los agentes sociales para intentar un acuerdo pero que, de no llegar, él tomará las decisiones pertinentes.

Está sembrado el hombre. Enfervorecido. Por fin se mudará a la residencia años soñada. Por fin estrenará el pijama que su mujer le compró para cuando fuera la ocasión, el de raso azul.



Antes que eso, afirma, va a llevar a cabo un drástico recorte en el Presupuesto de las Autonomías. Va a recortar sus competencias. Va a recuperar para el Estado aquellas más importantes, aquellas que vertebran a España, aquellas que no se pueden dejar en manos de quienes las manejan a gusto para alejar a sus Regiones de la Nación común.



Va a desoir, para ello, aquellas voces que a pocos representan, aunque en sus pequeños Reinos de Taifás, se crean el ombligo del mundo. Va a desoir, por supuesto, a quienes sólo buscan eliminar de las vidas de sus súbditos regionales, todo vestigio de españolidad. Pero tampoco va a escuchar las voces propias de su partido que, por puro interés económico, parecen ser más nacionalistas que los nacionalistas.

Poco a poco, las lágrimas se me empiezan a agolpar en los ojos. Mi sueño se va a hacer realidad. España va a volver a parecerse a España. Va a dejar de ser algo opinado y opinable, para ser lo que siempre fue y nunca debió dejar de serlo, una Nación.

Me siento eufórico. Aún con lágrimas en los ojos suelto una sonora carcajada. Noto miradas alrededor pero me da igual. ¡Soy feliz!

El futuro Presidente habla alto y claro y dice lo que yo espero oir. Va a arreglar este desaguisado. Va a poner coto a los Taifases. Va a hacer una Política nacional... Va a Gobernar.



Va a sacar adelante un plan para independizar Justicia y Política. Va a asegurar la enseñanza en la lengua nacional en todo el territorio. Va a hacer ondear nuestra Bandera por doquier. Va a acometer un Plan Hidrológico Nacional. Va a decir alto y claro a ETA que ni olvidos ni perdones. Va a endurecer las penas para determinados delitos...

¡Delirio! Esa es la palabra que expresa mi momento. Algo casi orgásmico. Me equivoqué. Ésto aún tenía solución... ¡Lloro! ¡Grito! ¡Canto!...

...

Algo me ha despertado. ¿Qué pasa? ¿Dónde estoy?... ¡Dios mío! ¡Sigo volando! ¡Aún no he aterrizado! Era un sueño, sólo un estúpido sueño...

¿O no? A ver si llego. A ver si aterrizamos ya. Tengo prisa. Tengo que ir al quiosco.
Tengo que comprar el periódico...


12 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenísimo.

Pero cuando se baje del avión se va a encontrar con un ZP que no abandona la poltrona aunque le tiren de las orejas. A una oposición blandita, y a un Rajoy que aunque vistiese el pijama azul que comenta, no creo que acometiera lo que usted soñaba mientras viajaba.

El sueño que usted tiene en el avión es el mío. Lo comparto al ciento por ciento. Pero quedará en eso, en un sueño.

De todas formas ahora la parroquia tiene mundial y se pasará un mes entretenido. Esto ya lo inventaron otros: pan y circo.

Saludos

inisfree dijo...

Gracias, Mariena.

Sí, me temo que sí.
Y, por desgracia, no sólo por lo que respecta a la decisión de dimitir que pueda tomar un Presidente nefasto, al que el mundo ha tirado de las orejas y puesto en su sitio.
Lo peor es que tan sueño me parece lo uno como lo segundo de imaginar a Mariano Rajoy acometiendo lo que verdaderamente España necesita.
Ese es el gran problema.

Natalia Pastor dijo...

Un bonito sueño, solo eso.
La tragedia,querido Inisfree, es que da la impresión de que sólo veremos algo así en el terreno onírico.

inisfree dijo...

Sí, Natalia.

Ilusiones y esperanzas, la alegría de vivir, que cantábamos...

Anónimo dijo...

Espero que te lo hayas pasado bien en el viaje.
Yo sinceramente no se a quien le tengo más miedo, si a Zapatero o a Rajoy, por que independientemente de quien esté en el poder esto será su cortijo. Esta situación me recuerda a la España de la restauración monárquica, con una Constitución que aseguraba mucho pero que luego los políticos corruptos y turnantes reducían según les venía en gana.

inisfree dijo...

Debo reconocer que lo mío por Zapatero ya es puro terror.

Lo de Rajoy es diferente. Es la sensación de pensar que, con él, pueden cambiar las cosas, para luego darte cuenta de que no hay tanta diferencia, ni mucho menos.

aspirante dijo...

Despertar y regresar a la realidad puede ser muy duro.
A veces es mejor seguir durmiendo, no estar dormido, que es lo que le pasa a Mariano.

inisfree dijo...

Sssss, aspirante. No le despiertes, pobre.

Maribeluca dijo...

jejeje..a quién se le ocurre volver a la jaula de las locas teniendo ya la pata fuera...saludos.

Atila el Huno dijo...

Jajajaja...te has equivocado de foto!!...eso sólo lo dice la Rosa Diez!!!. Te habrás dado cuenta ya de que esta moza se ha convertido en el enemigo a batir por PP y PSOE...por algo será.

Saludos!!

inisfree dijo...

Pués Maribeluca, motivos para volver tengo no creas.

El amor a mi País, a mis compatriotas, a mi bandera, a mi Gobierno...
...
el no tener independencia económica...

inisfree dijo...

Un placer verte por aquí, Atila.

Rosa Díez, de momento, es tan sólo una pequeña piedra en el zapato.

Comparto algunas de sus tesis, sobre todo en lo referente al coto a poner a los desmanes autonómicos, con todo lo que implican.
Por otra parte, estoy alejada de ella en otros conceptos.