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martes, 4 de octubre de 2011

LA GENEROSIDAD

Cito, textualmente, un extracto de la noticia que publica hoy, entre otros, El Correo Español bajo el titular "El fiscal superior del TSJPV asegura que la Justicia "será generosa" con los terroristas que pidan perdón".
El fiscal del TSJPV "ha pedido a los terroristas "valentía" para aceptar la realidad democrática y plural y el deseo del pueblo de vivir en paz y libertad. "Dad el paso que todos esperamos, incluidos muchos presos y sus familias y miembros de la izquierda abertzale, disolveos, pedid perdón a las víctimas y a este país por el enorme daño que habéis causado y decid definitivamente que ya está bien", ha dicho.
Según ha explicado, "el pueblo y la justicia, que emana del mismo, sabrá reconoceros el paso que deis en ese sentido y sabrá ser generosa para comenzar de nuevo a construir una sociedad justa, libre y plenamente democrática donde todos quepamos, también vosotros"."


La emoción me nubla la vista ante tan hermosas y bienintencionadas palabras. ¡Vaya bonito, oiga!

Es tan bello el escuchar frases que incluyan palabras como "generosidad", "perdón",...

Es más, no debemos dejar estos conceptos en el estado de meras declaraciones periodísticas, de meros titulares de rotativos. No. Hay que ir más allá.

Como dice el señor fiscal, Juan Ramón Calparsoro, la justicia debe reconocer esos conceptos y actuar en consecuencia. Se debe, por lo tanto, articular un Código Penal sujeto a esa nueva, bienintencionada y progresista visión de la Justicia.

A partir de ahora nos plegaremos a la siguiente ecuación algebracia:

D + P = G

Lo que significaría:

Delito + Perdón = Generosidad

Y tan amigos.

Las palabras del bondadoso fiscal se refieren, principalmente, a esas ovejillas descarriadas que, por un afán cuasiromántico de libertad, se vieron empujadas, muy a su pesar, a asesinar a cientos de personas, amén de cometer otros delitos como secuestrar, robar o amenazar que, de puro banales, no deberían, siquiera, ser contemplados en el Código Penal.

Pero yo, en mi inocencia, entiendo que sería de todo grado injusto valorar más positivamente la petición de perdón de estos señores que la de otros caballeros que ocupan, también, tenebrosas celdas en nuestro cruel y terrorífico sistema penitenciario.

Es por ello que yo abogo por lo siguiente:

Generosidad para el asesino etarra que pida perdón.
Generosidad para el ladrón de bancos que pida perdón.
Generosidad para el ladrón y asesino de viejecitas que pida perdón.
Generosidad para el violador que pida perdón.
Generosidad para el asesino de su mujer, que pida perdón.
Generosidad, de hecho, para cualquier asesino que pida perdón.
Generosidad para el que abuse de bebés y niños pequeños para hacer negocio en internet, que pida perdón.

Y así, sucesivamente. Porque, claro, de humanos es errar y de sabios rectificar, como seguro deberán reconocer las víctimas de los etarras, los bancos robados, las vijecitas, las violadas, las mujeres asesinadas por sus maridos, los niños y los bebés... ¡Generosidad!

Por arrimar el ascua un poco a mi sardina, y dado que yo no me encuadro, hasta el momento, en ninguno de los colectivos que arriba enumero, pediría un esfuerzo extra al Poder Judicial para que amplie su generosidad a otros tremebundos delincuentes, entre los que, me temo, si me hallo.

Generosidad para los conductores que pasen a 71 por un 50, si piden perdón... de rodillas, si hace falta.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Entre el talante "buenista" de los jueces y algunas actuaciones de la policía en la que dejan alguna que otra cosilla que desear, da bastante desconfianza salir a la calle.

Será por que, al revés que los demás, no me considero una persona que perdona fácilmente, pero no veo lógico aceptar las disculpas sin más de unos señores que nos han tenido en jaque desde antes que yo naciera.

José Luis Valladares Fernández dijo...

Me parece muy bien que perdonen a los etarras que han causado muertos, sobre todo si piden perdón. Y el perdón se concede siempre cuando hayan resarcido todo el mal que han hecho. Pues no es ni ético, ni estético que a un criminal de ese jaez se le ponga en la calle, reciba honores por el hecho de pedir formalmente perdón, mientras la víctima está bajo tierra.
Que se les perdone, sí, pero después de haber cumplido sus condenas.

Un abrazo

inisfree dijo...

Sin hablar, soldado, del agravio comparativo con otros delincuentes y de la escasa fiabilidad del verdadero arrepentiemiento que dicen sentir.

inisfree dijo...

Correcto, José Luis. Efectivamente. ¿Pides perdón sinceramente? De acuerdo, perdonado. Y cuando hayas cumplido la pena que tu crimen merece y salgas, en paz.

zurigorri dijo...

No sé exactamente si criticas al individuo este en cuestión o tus críticas se extienden a todo el sistema judicial español, cosa que compartiría con más entusiasmo si cabe.

A mi lo de la generosidad me sopla bastante la gaita, para qué engañarnos.
Me conformaría con un estado que tuviese leyes justas (esto no significa sólo que las haya injustas, que las hay, sino que existieran otras que no se contemplan) y que cada uno apechugara con lo que le corresponde.

Cualquier persona con delitos de sangre debe estar en prisión (no voy a empezar a discutir la duración de las penas) hasta que cumpla la condena que la justicia le haya impuesto.
Esto, por ejemplo, significa, que Txapote debería estar en la cárcel durante muchos años (aunque ETA ahora mismo no exista a efectos prácticos), al igual que supone que Otegi no debería haber pisado prisión.
Por supuesto, el General Galindo jamás debió salir de prisión cuando lo hizo (de hecho, aún debería estar allí), pero claro, esos asesinatos ya os molan más a algunos.

También supondría que cualquier persona responsable de la crisis económica debería estar en la cárcel.

¿Lo de la generosidad? Gilipolleces.
Si se refiere a una hipotética amnistía general, estoy en contra. Y si se refiere a que los presos cumplan la condena cerca de sus domicilios o que los terminales salgan de prisión también estoy en contra, porque eso no es generosidad sino cumplir lo que sus leyes estipulan.

Pero claro, eso de cumplir la ley, en España, no está muy de moda

zurigorri dijo...

De todos modos, os encanta hablar del derecho a la vida, del respeto a las víctimas y todo eso, pero lo haceis desde la política más rancia.

No da la impresión, generalmente, de que lamentéis el hecho de que un ser humano sea asesinado, eso os importa menos. Incluso me atrevería a decir que parece que os importe más quien es el autor del asesinato y no quién es la víctima.

Hay asesinos y responsables de asesinatos cometidos hace no tantos años que campan a sus anchas por este país, así que no seamos hipócritas.

inisfree dijo...

No te entiendo, zurigorri. Me da la sensación de que te las arreglas para darme la razón y, a pesar de eso, llamarme hipócrita. Fantástico.

Señor Ogro. dijo...

Incluso en un delincuente normal, la rehabilitación es casi un milagro.

En un tipo fanatizado como los etarras, el pedir perdón es una burla chusca. Estás matando 10 años, te pillan, y vas a pedir perdón "de corazon" justo cuando te pillan, ¡casualidad oigan!.

Esto es todo una tomadura de pelo, y se pretende que las víctimas, amen de poner los muertos, paguen la cuenta. Ello , presuponiendo que ETA quisiera de verdad dejar las armas sin lograr sus objetivos, algo que me parece una quimera.

En cualquier caso, espero que todo esto se acabe el 20n, y que incluso el inane PP ponga orden

inisfree dijo...

Señor Ogro, lo acabo de poner en Facebook. El final de ETA llegará cuando no quede ningún delito por juzgar y cuando todos los delincuentes hayan cumplido el último minuto de sus penas.