Qué queréis que os diga. No tengo intención de entrar a valorar la legitimidad o no de las desdichas de los controladores aéreos. Es más, dada su enorme responsabilidad yo espero que tengan las mejores condiciones laborales posibles, que cobren un sueldo acorde con la importancia de su trabajo, del que dependen miles y miles de vidas. Lo último que me apetece es despegar o aterrizar en un aeropuerto controlado por alguien de mala leche, amargado o a disgusto, excesivamente cansado o estresado. Nada bueno puede salir de ahí, porque, por encima de todo, somos humanos y el error es consustancial a esa condición, pero más proclive a ocurrir en determinadas circunstancias.
Pero, dicho esto, yo, al menos, valoro positivamente la iniciativa del Ministro José Blanco, encaminada a evitar, en la medida de lo posible, que la huelga o no huelga, o las bajas o las enfermedades o las epidemias, afecten al común de los mortales que, por motivos familiares, vacacionales o laborales, deben coger un avión en un país del primer mundo como es España.
Echando la vista atrás podemos recordar uno de los grandes éxitos de Ronald Reagan en su brillante gestión presidencial, al enfrentarse, sin miramientos, a una huelga de controladores. No dudó en tomar las medidas adecuadas para preservar a la mayoría de la población, que es la afectada en este tipo de situaciones. Hubo miles de despidos, e, incluso, enjuiciamientos. Desde entonces, los sindicatos se lo han pensado dos veces antes de poner en jaque a la administración federal.
Aquí, salvando las distancias entre Pepiño y Reagan, se puede dar un caso semejante. Dudo que nuestro ínclito Ministro llegue a adoptar la drasticidad del de Illinois, pero algo es algo. Y más, si tenemos en cuenta la distancia que separa a ambos personajes.
Sólo me gustaría realizar una observación. Quizá pudiera calibrarse la posibilidad de afrontar medidas semejantes también con otros colectivos. Da la sensación que se mira diferente a los pijohuelguistas de perfil económico alto, como son los controladores, que a los huelguistas de "a pie", que, en no pocas ocasiones, nos amargan el día a día con sus barricadas, sus piquetes, sus paros.
El derecho a la huelga está ahí, en la Constitución. Bien está. Aunque yo nunca he sido muy amigo del mismo. Pero hay un derecho mayor, que es el de poder realizar tu actividad diaria sin interferencias externas ni perjuicios obligados e impuestos por una minoría. Y el Gobierno debe velar por estos intereses, el de las personas que sólo quieren llegar a su hora al trabajo, marchar de vacaciones cuando les corresponde, currar y vivir en paz con su familia. Y velar es sinónimo de evitar, en la medida de lo posible, ciertos excesos que bajo la libertad de huelga se amparan.
11 comentarios:
Hacer fracasar las huelgas sustituyendo a los trabajadores por militares ya se hizo en la marcha sobre Roma, cuando Mussolini y sus camaradas, ante una huelga general organizada por los comunistas, se hicieron con el control de los servicios públicos, creo que fue en 1922.
Y algo parecido sucedió en 1934 en España, cuando los militantes de Falange colaboraron a reventar la huelga general marxista del PSOE.
Actualmente la huelga es un derecho constitucional, el gran problema es que los sindicatos la utilizan para motivos políticos y no laborales, por que es increíble que con la que hay montada en España amenacen con hacer huelga para finales de Septiembre, será que quieren disfrutar las subvenciones estatales en la playa o que quieren demosrtrar a sus afiliados que meten algo de miedo.
Por cierto, este curso estuve dando el tema de los sindicatos y las huelgas, y si un trabajador no apoya la huelga no tiene por que hacerla, siendo delito el hecho de que sea agredido por acudir a su puesto de trabajo si ha decidido no participar en la huelga.
Ya he comentado más de una vez, soldado, que esta Huelga de los Sindicatos, para septiembre, es un paripé. No les queda otra que hacerla, pero, realmente, no quieren. Si por ellos fueran, la convocarían el domingo por la tarde del Madrid-Barça.
Al final, el marxista recalcitrante de Pepiño Blanco se ha transformado en un "neocon".
¡Lo que hay que ver!.
Lo peor de todo, es ver como les sale la vena estalinista en cuantro el viento cambia de lado: aplaudieron sin sonrojarse la huelga salvaje de los empleados del Metro de Madsrid por que pensaban que le hacia daño a Esperanza Aguirre, y ahora se tornan implacables y movilizan al Ejército en un ejercicio de demagogoia, irresponsabilidad y autoritarismo que pone los pelos como escarpias.
Y lo peor,además, es que ponen a los ciudadanos y viajeros en peligro.
A eso me refiero, Natalia. Con sus dos caras. Y no se parecen en nada una a otra. Que nos felicitemos por una decisión acertada no debe hacer que olvidemos su habitual permisividad con los abusos y los desmanes a los que estamos acostumbrados.
Ley de Huelga Ya...estamos hartos de ser rehenes de los hunos y los hotros, y lo de estos es impresentable porque son una panda de señoritingos (por cierto, que con esto y lo del metro donde pasó lo mismo de las bajas médicas, igual también habría que empapelar algún matasanos)
Los matasanos tienen la sartén por el mango, Maribeluca. No puedes tocarles. ¿Quién demuestra que actúan por mala fe? ¿Que no es un error o, simplemente, su opinión?
Como tú dices, Ley de Huelga, ya. Pero a ver cómo se ponen de acuerdo PSOE y PP para esos menesteres. Imposible, vamos.
El derecho de huelga hace mucho que debiera estar regulado por ley, pero nadie le ha echado narices por temor a enfrentarse a los sindicatos más politizados de Europa.
Existen unos cuantos gremios que tienen gran poder por la influencia de su actividad en la vida del resto de ciudadanos, como son controladores, ferroviarios, conductores profesionales, etc. y abusan sin parar de esa posición de dominio.
Lo de las bajas médicas es un cachondeo: hace poco tuve que acompañar a un compañero hasta el metro mientras se apoyaba en mí pues apenas podía andar, tras haber sufrido una intervención quirúrgica poco antes en una rodilla. A pesar de lo impedido que estaba para moverse no le daban la baja. Otros acuden al médico con un dolor de cabeza y les dan 15 días.
Este Pepiño va camino de copiar a Franquito que en cuanto los ferroviarios pretendian hacer una huelga, y hubo varios intentos, los militarizaba temporalmente, de forma que el faltar al trabajo se equiparaba a una deserción y consiguiente juicio militar sumarísimo.
Si Pepiño tuviera guevos para hacerlo con los controladores, yo le apoyaba.
Pero me temo que al asunto de las bajas, aspirante, no se le va a poder meter mano. Al tema de las Huelgas se puede y se debe. Pero cuando uno de los partidos mayoritarios es, también, uno de los principales aportes de material humano a estos huelguistas, se complican mucho las posibilidades de acordar algo.
Me temo que lo de militarizar ya no va a poder ser, Tellagorri. Estamos en 2010 y hay que pensar en otras medidas que den el mismo resultado.
En cuanto a Franco, pués punto positivo para él, jeje.
...y qué distancias (me refiero a la que hay entre uno de los mejores presidentes del que se tiene recuerdo, y Pepiñator) Con todo, a veces nos sorprende con cierta dosis de sensatez que debe imbuir el cargo, porque anteriormente no se le conocía...veremos en qué queda la cosa, a falta de una Ley de Huelga la cosa pasa a ser un "a ver quien los tiene más gordos" (con perdón)
Publicar un comentario