ZAPATERO, ESPECIE PROTEGIDA

Al pobre José Luisín no le gusta escuchar pitidos. Yo creo que por eso no va mucho al fútbol. Cada vez que el árbitro sopla el silbato para señalar una falta, el infeliz se siente directamente aludido. Es todo una confabulación. Todo, todo. Todo es una conspiración de la caverna y de la extrema derecha. Si no, no se entiende.

Porque, ¿quién, en su sano juicio, va a creer que las personas decentes y normales puedan unirse para abuchearle precisamente a él? ¿Quién puede imaginar siquiera que, a pie de calle, haya ido incubando una especie de rencor ilógico hacia el Presidente del Gobierno de España (y de lo que le dejan de ésta)?

Es sencillamente imposible.



Los españoles, en pura lógica, deberían besar el suelo que pisa este hombre, deberían cubrir sus pasos con pétalos de rosa, deberían inclinarse hasta besarse las rodillas a su paso. Deberían hacerlo, y más ahora, que, como trabajamos menos, tenemos más tiempo.

José Luisín sacó a esta Nación de las sombras y la llevó en volandas al vagón de cabeza del Nuevo Orden Mundial. José Luisín cogió en su día el toro por los cuernos (sin causarle ningún daño al animal, claro) y se impuso la hercúlea labor de llevar a nuestro País hacia la cumbre del progresismo, de la libertad, de la paz, del respeto,... José Luisín alió civilizaciones, pacificó terroristas, estableció directrices económicas mundiales..., como tiene que ser, ¡sí señor!



Sólo seres malvados, retrógrados, indignos de la condición humana pueden permitirse la desfachatez de afear, a nuestro prohombre, nada.

Yo, en estas líneas, abogo, exijo, grito, que debemos como una piña alzar nuestras voces (y nuestros puños) para reclamar la Presidencia vitalicia para este irrepetible estadista, Caudillo del talantismo, Secretario Generalísimo del único Partido político que maneja la razón, la verdad y la justicia.

Unámonos todos, sindicalistas, artistas sin estudios pero con cejas, periodistas públicos, o sea, españoles en general, y gritemos en un unísono clamor, ¡Viva nuestro Presidente!, ¡Viva nuestra Luz y nuestra Esperanza!, ¡Viva nuestro Faro en la niebla!, ¡Viva!



Somos inmensa mayoría los que creemos y confiamos en él, los que reconocemos su buen hacer que nos sacó de las tinieblas derechistas, del fascista unionismo que pretende que catalanes y vascos sean igual que murcianos o castellanos, que nos defendió de la nueva Inquisición que quiere obligar a las madres a tener a sus hijos, por mucho que las puedan incordiar...

¡Todos somos Zapatero! ¡Ni un paso atrás! ¡Zapatero, especie protegida, ya! ¡José Luisín, te queremos!

Nunca nos abandones, José Luisín, no sea que vuelvan las tinieblas. Si es preciso, dona tu semen a las clínicas de fecundación. Traigamos al mundo nuevas generaciones de José Luisines, para que la especie se perpetúe sin riesgo de desaparición. Es nuestro derecho, es tu obligación.