El pasado 4 de junio, tras sacar el PSOE adelante la votación sobre sus medidas de ajuste económico, con la famosa abstención de Durán, e, inmerso, en aquel momento, en un aparente desencuentro con los nacionalistas vascos, que semejaban estar de uñas con Zapatero, yo escribía en este blog una entrada titulada "El PSOE, tan tranquilo". Decía:
"Pero tampoco eso les quita el sueño. El PNV acaba de darles un NO al tijeretazo. Pero eso no tiene nada que ver. Esa no era su batalla. Habría que ver que hubieran votado los nacionalistas vascos si se hubiera sabido que CiU iba a dar un NO.
¿Lo adivináis?
Creo qué sí. Cara a después del verano, hablarán, y mucho, PSOE y PNV. La Y vasca y otras zarandajas como las políticas de empleo encima de la mesa. Dinero, al fin y a la postre, pero mucho dinero. Para mí, las posibilidades de que el PNV vote SÍ a los Presupuestos son superiores al 90 por ciento."
No sólo yo lo sabía. No me cabe duda de que la mayoría de vosotros también. Y, sobre todo, el que lo tenía más claro era Zapatero.
No es por alardear. Si tuviera los números del Euromillón tan claros como tenía esto, ya ha mucho que este blog me lo estaría escribiendo un "negro", y, así, mis frágiles dedos y uñas hubieran dejado de sufrir con el fastidioso teclado...
No, no nos equivoquemos. Zapatero no sabrá de Historia, no sabrá de Cultura, no sabrá de Ética ni Moral, pero lo que sí sabe, a ciencia cierta, es que donde hay un plato de lentejas, hay un pacto con los nacionalistas vascos. Por eso escribía yo entonces que el PSOE, tras tocar fondo las semanas anteriores, con un País en bancarrota, un Gobierno a la deriva, derrotado y sin la confianza de casi nadie en España, había conseguido remontar gracias a Durán, el responsable. Había recuperado de un plumazo el pulso y la tranquilidad.

Y, ahora, tras firmar este acuerdo con los peneuvistas, que le permitirá ir en volandas hasta las elecciones de 2012, ya no es que esté tranquilo, es que Zapatero está ya feliz como una perdiz. La vida le vuelve a sonreir. Al menos él, no ha ido al paro.
Ufano como hace mucho no estaba, el otrora cinrcunspecto Zapatero, gritaba enfervorecido este fin de semana a quien le quisiera escuchar, que el PSOE iba a ganar las Municipales, las Autonómicas y las Generales. Henchido como un pavo, hinchado de gozo, Zapatero se volvía a ver ganador.
Las medidas de recorte adelante, gracias a Durán. La legislatura salvada, gracias a Urkullu. José Luisín se imagina ya poco menos que como el Cid que, a lomos de su caballo, Rubalcabieca, va a ir de triunfo en triunfo.

Municipales, Autonómicas, Generales... Y Sonsoles cantando en la Scala de Milán y recibiendo hora y media de aplausos. Y las niñas cambiando el fondo de armario y poniéndose falditas y calcetinitos blancos. Y Berlusconi, Merkel, Sarkozy pidiendo hora en La Moncloa para poder hacerle alguna consulta geoestratégica. Y Obama imponiéndole medallas en el Congreso. Y ¿por qué no hay un Nobel al Talante, por qué? ¿Para cuándo el Nobel al Aliador de Civilizaciones?
Feliz, feliz, feliz.
Tan feliz que, este individuo, cuya gestión concita el rechazo mayoritario de toda la Sociedad, que va batiendo records de paro como Bubka saltando con la pértiga, que está dejando al Gobierno Central con el mismo margen de maniobra de un pedrusco en el camino, en beneficio de las Autonomías GarrApata, que ha mentido tantas veces que ya nadie cree sus palabras, este individuo, digo, se está planteando la posibilidad de repetir candidatura a la Presidencia en 2012.
¡Manda huevos! (disculpad el vocabulario, me limito a parafrasear a políticos)
¿Cómo es posible que, siquiera, se permita pensar en continuar? ¿Hasta dónde puede llegar las desvergüenza? ¿Tan flojo rival ve a Rajoy para considerar que su bagaje político le llevará a la reelección?

No lo entiendo, de verdad. No me entra en la cabeza.
Éste es el País en el que vivimos. Ésto es lo que está pasando con España. Aquí un Juez puede ser condenado por prevaricar, por dictar una sentencia que sabe injusta. Un político, no. Un político puede hacer, prácticamente lo que le dé la gana. Por mucho que sepa que hay una crisis, que requiere determinadas medidas, se puede permitir el lujo de tomar las contrarias al interés general, por mor de unos necesarios réditos electorales. Puede mentir diciendo que no hay crisis, aún sabiendo que la hay. Puede gastar estúpidamente y a manos llenas, aún sabiendo que el País precisa un recorte en el gasto. Puede hacerlo y sabe que no le va a pasar nada.
Así es España. El País donde la pena que recibe el ciudadano por robar es inversamente proporcional a la cantidad robada. Donde afanar una gallina te puede salir caro, pero gastarse miles de millones en estupideces, amiguismos y conchabeos sale gratis.
Es un País, o un Sistema, donde permitimos a los Políticos, la casta que elegimos para que nos gobierne y gestione nuestros dineros públicos, que mietan lo que haga falta y más. Ninguna pena les va a acarrear. Y menos, cuanto más arriba estén en el escalafón. Si Zapatero jura y perjura que de doce de la noche a cinco de la mañana es de día, pués de día será, aunque sea de noche. Nadie le pedirá cuentas y Público regalará con su edición del domingo gafas de Sol nocturnas, faltaría más.
Por eso José Luisín está feliz como una perdiz. Porque no importa que mienta, que engañe, que malgaste, que recorte las competencias del Estado por puro interés propio, no importa que su trayectoria sea una debacle nacional, que las instancias internacionales le tengan que cantar las cuarenta para ver si se pone las pilas y no deja a España en situación de pedir ayuda a los demás Países. No importa nada de eso.
Y él, aún se plantea repetir. Feliz, feliz como una perdiz. Hoy, incluso, se ha puesto a jugar a los soldaditos. A este le retiro, pongo a este otro. Rubalcabieca, adelante. Moratinos, ¡anda!, ¿pero aún seguía?, pués a descansar. Para Sanidaaaad, para Sanidaaaad, ¡ya está!, la Pajín, que la veo como con "caruchina", a ver si lleva las vacunaciones al día, la pobre.
Y así seguimos.
A los españoles, a lo que pensemos, a lo que nos está pasando,... ¿qué decir? Que nos den por saco. Si es que somos idiotas.