Están pesados estos matarifes. Debe ser que no saben qué hacer con el tiempo de sobre que tienen mientras no se pongan de nuevo a asesinar. Cada fin de semana, nos repelen con otra dosis de su palabreria insana. Nada de qué preocuparse, si no conociéramos ya, desde hace años, al inquilino de La Moncloa, Zapatero, el vendepatrias y supiéramos, a la fuerza ahorcan, de lo que es capaz para lograr lo que quiere. El hecho de que lo que este elemento quiere no coincide, en absoluto, con lo que España necesita es, para este anémico de la vergüenza, la decencia y la inteligencia, algo totalmente baladí.
¿Y los criminales que han dicho, de nuevo, en esta ocasión? Porque su insistencia en acumular palabras y comunicados sólo se entiende si hay mucho que contar. Pués han dicho que están dispuestos a ir más allá (su eufemismo para expresar el abandono definitivo de los crímenes), "si se dan las condiciones adecuadas".

Esta recua de hijos de mala madre, este hatajo de chorongos con chapela, se creen que la Sociedad española se chupa el dedo. Lo han deducido con sólo ver al Presidente que esa misma Sociedad ha elegido en dos ocasiones. Han pensado "fijaos a quien han votado, ¡dos veces!, muy listos no pueden ser...".
Y con esto, han decidido dar una vuelta de tuerca para lograr lo que siempre han querido. Sus objetivos. Hace décadas que viene siendo lo mismo. Dejaremos las armas cuando se den las condiciones adecuadas, nuestras condiciones. Entonces, era la alternativa KAS, y sus cinco famosos puntos.

La Amnistía era el primero. Hoy se mantiene la misma exigencia, incluso con el respaldo de partidos supuestamente democráticos, que la disfrazan con la palabra "reinserción" de los presos por "motivos políticos". Tan políticos como reventar niños a bombazos, meter balas en la nuca, al más puro estilo comunista, amedrentar a los que no piensan igual, esquilmar a empresarios, como la Mafia que estos asesinos son... Esta exigencia se mantiene, ahora como entonces.

La legalización de los partidos independentistas, que era el segundo punto, tiene ahora, para ellos, una nueva razón de ser, acosados por la Ley de Partidos, que pretende la locura antidemocrática de que nadie que apoye a los terroristas o colabore en sus estrategias pueda obtener representación en Ayuntamientos ni ninguna otra instancia política. También perdura, pués, como hace décadas, esta demanda de la posibilidad de tener su brazo político.

La verdad es que los puntos tercero y cuarto han quedado un poco de lado. Uno era la salida de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado del País Vasco (y Navarra). Ésto ha dejado de ser una exigencia inmediata, para quedar implícita en el desarrollo del escenario futuro al que aspiran.
El otro era la adopción de medidas para mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora. Pués anda que no se han cargado por el camino a pocos trabajadores estos anormales, para lograr, entre otras cosas, esto. Me parece que, de esta exigencia, no queda otra cosa que el autocalificarse de organización socialista. Los trabajadores, ya hace mucho que se la pelan a ETA. Los trabajadores y todo aquel que no sea un vasco de pro, es decir, independentista.
La mejora de las condiciones de vida de los trabajadores... Me parto y me mondo.
Y por último, exigían un Estatuto, pero un Estatuto que fuera, en puridad, la independencia o, al menos, la potestad de poder impulsarla unilateralmente, en el momento que se quiera. Un Estatuto con soberanía nacional, con vascuence como lengua prioritaria, con exigencia del control de las fuerzas armadas que estén en el País Vasco... En definitiva, un Estatuto que suponga una vía rápida hacia el separatismo y para el que, hoy en día, también cuentan con la connivencia de otros partidos, PNV, EA... De hecho, parece un Estatuto muy al estilo "Plan Ibarreche".

Yo me pregunto en dónde está la novedad. ETA sigue exigiendo a cambio de no matar, de no extorsionar, de no secuestrar, de no robar, de no destruir. ETA sigue pidiendo un precio por ello. Y otros como el PNV como EA, no van a desaprovechar la ocasión de rascar algo también.
Lo peor es que ahora, enfrente, tienen a un Gobierno que ha cogido ya práctica en esto de pagar a piratas y terroristas. Eso debe ser como matar. El primero cuesta, pero luego ya es mucho más fácil.
La sociedad tiene que gritar, con todas sus fuerzas, que España es una. Que cualquier decisión sobre uno de sus rincones compete a todos los españoles. Que a un delincuente, un asesino, un secuestrador, hay que tratarle como a tal, persiguiéndole, deteniéndole, vivo si es posible, para hacerle pagar sus crímenes. Que, bajo ningún concepto, se les puede dar nada a cambio de que no te maten, o no te secuestren. Pero ni en España ni en África. En ningún lado.

Que les quede claro que su futuro está tras las rejas. Que su persistencia criminal sólo debe servir para endurecer las penas hasta el punto que ellos merecen, incluida pena capital.
Pero en España manda un tal Zapatero. Y lo va a seguir haciendo otro año y medio gracias a, qué casualidad, compañeros de objetivos políticos de los asesinos. Y yo me temo lo peor.